domingo, 25 de abril de 2010

Jipiosidades y gafapastadas

El tiempo transcurre en la ciudad del río y pasa la primavera, que aquí tiene meses de personalidad jurídica propia, no como en Zaragoza (ciudad inmortal) que es más bien un rollete de transición que dura una semana antes del verano. Seguimos con la búsqueda de casa, que sigue infructuosa y que nos quita cualquier energía para hacer casi cualquier otra cosa y que, en ocasiones, da ganas de llorar de frustración y rabia.

No obstante hemos hecho un par de amigos aquí personificados en una pareja alemana que quiere aprender español, con la que hemos hecho buenas migas, y con la que quedamos todos los fines de semana. Las actividades varían dentro del marco de la edad en la que nos adentramos y en la que ellos ya son veteranos (tienen 4 años más que nosotros) y de momento abarcan unas cervezas, una cena, un domingo en el Biergarten… Ayer confluyeron varias sugerencias y, a falta de decisión unánime, las llevamos a cabo todas.

En primer lugar fuimos a una cosa que ha habido en Alemania este findesemana llamada Kettenreaktion – Mobilisierung zur Menschenkette gegen Atomkraft, es decir Reacción en cadena – una cadena humana contra la energía nuclear. Personalmente creo que la energía nuclear es una maldita consecuencia de una malinterpretación del estado de bienestar que nos lleva a entender que hay que vivir cada instante como si fuera el último desentendiéndonos de si eso no va a acabar adelantando dicho instante final. Así las cosas y con el muy español “Allá donde fueres haz lo que vieres” palpitando entre las sienes formamos parte, junto al magnífico río Elba en un regalo de sábado soleado de 20º, de una cadena humana de 120 Km. donde formamos un cómico pero sólido eslabón.



Después de esto fuimos a comer, ver un piso que no nos van a dar, dar un paseo, echar unas cervezas y desplazarnos al Hamburger Kunst Halle para tomar parte en una iniciativa que ya habíamos visto en Berlín y que sería interesante hacer en Zaragoza (ciudad inmortal), si algún día el departamento de Cultura del Ayuntamiento deja de pensar que Cultura es algo más que montar expos, campos de fútbol y “tierras de motores” que “pongan Zaragoza (ciudad inmortal) en el mapa” (frase que deberíamos odiar todos con toda nuestra alma). Se trata de Die lange Nacht der Museen, es decir, La larga noche de los museos. No es muy complicado, se trató tan solo de dejar abiertos todos los museos (excepto alguno de los privados que carecieron de voluntad para hacerlo) de Hamburgo de 18 horas de la tarde a las 2 horas de la madrugada. A esta oferta de apertura acompañó un sistema de transporte en autobús que comunicaba todos los museos entre si y de un ticket de 12 euros que era válido para todos los museos (normalmente cada museo vale 10). A esto se une en las proximidades de los museos un ciclo de actuaciones artísticas de todo tipo y, con estas como polo de atracción, un servicio de hostelería y restauración. Desconozco el número de personas que rondábamos ayer, pero nos informamos de que el año pasado fueron 30.000 (a 12 euros calculen ustedes mismos). Se acerca a la gente a los museos, se posibilita una forma de ocio nocturno saludable, se fomenta el interés cultural, se pone en valor al no regalarlo (y la gente no adquiere la equivocada conciencia que tenemos en España de que todo debe de ser gratis) y además se genera beneficio económico para la ciudad sin necesidad de gastar decenas de millones de euros del bolsillo de todos los contribuyentes.

Pensabamos verlos todos (los más de 40 que se acogieron al programa) pero en 8 horas tan solo conseguimos ver 2, eso si, totalmente recomendados.

Por un lado el ya citado Hamburger Kunst Halle donde, al margen de pinturas de los siglos XVIII al XX pudimos ver una exposición llamada “Pop Life” que si algún día coincidís con ella por cualquier motivo, por favor, id a verla. Se trata de obras de los máximos exponentes del movimiento del arte de consumo pop. Desde luego el protagonista era Andy Warhol, pero también había muchos otros excelentes exponentes como Keith Haring, Jeff Koons, Damien Hirst, Richard Prince, Martin Kippenberger, Tracey Emin, Takashi Murakami (si, no falto el manga) Todo montado con mucho gusto, con música y con fantásticas piezas de las que resalto esta.


Tras salir del museo y constatar que habíamos estado sin casi darnos cuenta cuatro horas y media dentro cogimos uno de los Museenbus y nos fuimos al Miniatur Wunderland. Museo altamente recomendable donde se pueden ver reproducciones con todo lujo de detalles de todo tipo de paisajes europeos con interacción humana (autopistas con coches y camiones que se movían, multitud de trenes que se cruzaban, plantas industriales con gente trabajando, poblaciones enteras con todo lujo de detalles…). Los pros, que es un museo increíble. Los contras, que estaba petado de gente, que de normal vale 10 euros y que ya estábamos saturados de ver cosas.


jueves, 15 de abril de 2010

En busca de una casa que no llega...

Llegados a Hamburgo con idea de hacer una última entrevista de trabajo nos encontramos con la firma de un contrato laboral que nos iba a atar a la ciudad portuaria por tiempo indefinido. Así las cosas y tras celebración ruidosa en la “calle del pecado” de Alemania (como la calle del Caballo de Zaragoza pero con luces de león y limusinas) nos encontramos con un limite de 36 horas para encontrar alojamiento.

Debido a la ignorancia total que teníamos de la ciudad y el poco tiempo disponible optamos por mirar cosas temporales con objeto de tener una base de operaciones desde la que otear el horizonte urbano de Hamburgo y decidir donde residir a continuación. Encontramos con relativa facilidad un piso para 7 semanas en una situación medianamente céntrica antojándosenos este plazo como más que razonable para buscar, comparar y finalmente elegir un asentamiento permanente. En uno de los pisos que descartamos nos encontramos con un simpático francés que había venido a Hamburgo años atrás con una novia ya emancipada de él en el momento de la conversación. El buen hombre nos narró su infierno hamburgués durante los primeros meses de su vida en la ciudad cuando tuvo que separarse de su pareja para vivir cada uno por su cuenta en residencias temporales que les iban saliendo hasta que, por fin, encontraron una casa para los dos.

Yo me decía que había sido mala suerte, que a los franceses los sacas de Francia y son unos inútiles, que nosotros teníamos un contrato de trabajo debajo del brazo, que siempre solemos ser afortunados… pero no. Llevamos en Hamburgo desde el 15 de marzo buscando alojamiento y el panorama es desolador por varios motivos. El principal es el escaso mercado inmobiliario privado que caracteriza esta ciudad: salen muy pocas ofertas. El mercado mayoritario se lo han engullido las inmobiliarias que, ni cortas ni perezosas se meriendan de comisión un par de meses de comisión por sus servicios y eso después de haber sido seleccionado como candidato fiable a sus servicios…

En Zaragoza el procedimiento es que se vea el anuncio, se llame, te den una cita, acudes, ves el piso y decides si te interesa o no. En Hamburgo en el anuncio ya esta fijado el dia y la hora de la visita y cuando allí te personas descubres una muchedumbre en la puerta. La primera vez pones cara rara, sacas el papel con la dirección y verificas que estás en el lugar correcto percatándote de que aquellas 30 personas que hay allí están exactamente motivados por la misma necesidad que tú. Subes las escaleras en una especie de “performance” de asalto para entrar en un piso en el que no suele caber todo el mundo de vez. Hay que intentar ser de los primeros porque, normalmente, la persona que enseña el piso no ha contado con tanta gente (pese a que siempre es el mismo espectáculo) y no ha llevado formularios para todos. Rellenas el papel todo lo mejor que puedes revelándole a vete tu a saber quien para quien trabajas, desde cuando y cuanto cobras (en neto, tampoco les hagas pensar).

Y entonces llega lo peor: la espera. Te sientes como una quinceañera con pecas y sobrepeso que se ha dejado magrear en el asiento trasero de un coche por un chico mas mayor pensando que accediendo a sus deseos te querrá volver a ver… y así vamos de asiento trasero en asiento trasero sin que nadie nos llame.

Y así vamos rebajando nuestras expectativas: pisos cada vez más alejados, menos amueblados y más caros. Pero nada, al menos de momento.

Y la vida sigue en Hamburgo…

miércoles, 7 de abril de 2010

Introducción

Hola a todos, mis pequeños seguidores.

He aquí que aquí residimos en Hamburgo.

Hamburgo tiene la particularidad, junto con Berlín, de ser ciudad y Bundeslang (comunidad autónoma) al mismo tiempo; es el mayor centro de publicaciones del país; es el mayor puerto del país (y el segundo de Europa tras el de Rotterdam en Holanda); es el lugar donde surgió la idea de introducir un pedazo de carne dentro del pan con el objeto de ingerirlo (McDonalds hizo el resto); y es la ciudad donde residimos.

La mayoría ya lo sabrá, pero para los nuevos, los amnésicos, los aletargados recien despertados, los apollardados, y todos aquellos (espero que pocos) que sufran la enfermedad del tío de la peli de Memento (peli que sino habeis visto deberíais, pero solo una vez)... este blog está escrito en primera persona por un aragonés (de Utebo, para más señas) que en su día (agosto de 2009) emigró a Alemania cual Alfredo Landa del siglo XXI (pero más alto y con una utilísima licenciatura en Historia) en pos de una aventura que le condujese a un futuro más abierto a expectativas que la España de la crisis.

Las andanzas, peripecias, experiencias, curiosidades, comidas, clubes visitados, amigos cruzados, locuras enajenadas, trabajos realizados, trabajos irrealizables, trabajos imaginarios, eventos, cambios climáticos, viajes, visitas, excursiones, bodas, bautizos y comuniones, canciones, películas, condones, sangre, esperma, lágrimas nostálgicas y sentimientos varios serán reflejadas en este cuaderno de bitácora que queda inaugurado desde ya.

Berlín es una ciudad maravillosa: barata, soleada, amigable, multinacional, limpia, cosmopolita... pero carente de ofertas de trabajo asumibles por mi o mi partner sentimental. Así que, así las cosas, decidimos ampliar la búsqueda y mi chica consiguió un curro haciendo aviones en Hamburgo y... aquí estamos. A partir de aquí, iremos viendo.

Bienvenido todos seais

Pd.- Para los nuevos que así lo deseeis podeis leer nuestras andanzas en Berlín en el siguiente dominio:

http://unzaragozanoenberlin.blogspot.es