miércoles, 2 de junio de 2010

Es curioso

Interrumpo mi crónica de acontecimientos de mi vida en Hamburgo para resaltar un hecho que de por si es importante y que me sirve para remarcar las diferencias existentes entre España y Alemania. Juzguen ustedes mismos.

Como todo el mundo sabe (espero) Alemania es una República (palabra que no me parece justo escribir sin la mayúscula). Desde la unificación del Imperio Alemán con Bismarck en 1871 hasta la abdicación del último emperador Guillermo II en 1918 (dando paso a la idílica República de Weimar) hubo una suerte de monarquía (palabra que no me parece justo escribir sin la minúscula) que desapareció tras la abdicación del citado Guillermo.

Esta República Federal tiene un gobierno democrático y un Presidente de la República que es elegido y que sirve como representación de Alemania en el extranjero. No tiene poder real, solo simbólico (algunos alemanes no saben ni quien es). El mismo papel que el de nuestra monarquía pero sin que cueste a Alemania 8 millones de euros al año SIN JUSTIFICAR y sin tener que mantener a toda la estirpe (ya sea contraida por vía natural o matrimonial).

El caso es que el otro día el susodicho Presidente de la República dijo algo que nadie ha dicho pero que todos sabemos. A saber, que Alemania está en Afganistan para defender los intereses comerciales de Alemania y que ésta era justificación suficiente en el mundo en el que nos toca vivir. La sociedad alemana protestó y al señor Köhler no le quedó otra salida que renunciar al cargo. Este hecho quedó oscurecido en el noticiario por la nueva matanza israelí en aguas internacionales de una flota humanitaria y por el hecho de que a muchos no les interesa que se sepa por motivos obvios. El caso es que a mi esto me maravilla y me sorprende.

Me maravilla porque en Alemania no han olvidado, ni el pueblo ni la clase política, que la democracia es el poder del pueblo (osea, que el pueblo es el depositario de la soberanía que para eso es nacional) y que los políticos no son otra cosa que meros representantes que tienen el DEBER de servir a su nación. Habiendo fallado en este cometido, su DEBER (nuevamente en mayúsculas) es dimitir.

Me sorprende porque soy un pobrecico español y en España, cuando se considera que un representante debe dimitir (por haber llevado al país a una guerra ilegal, por haber sido el responsable directo o indirecto de la muerte de un montón de soldados españoles por el contrato de una compañía aérea que ellos no usan cuando viajan a zonas de conflicto, por irregularidades urbanísticas, por tramas de corrupción más que demostradas malversando el dinero de todos, por llevar el país a la ruina al haber continuado una situación económica alocada...) argumenta que no dimite porque tiene una responsabilidad contraida con el pueblo al que gobierna a la que no puede desatender por determinados infundios de los que se le acusan...

El caso es que en Alemania no ha habido manifestaciones multitudinarias ni otro tipo de acciones de presión, sencilla y llanamente se ha demostrado que, moralmente, se había fallado a la ciudadanía, a la nación y al país.

Pero claro está, lo moral es algo cuya frontera cruzamos en España mucho tiempo atrás. No estoy seguro, pero yo diría que todo empezó cuando hicimos aquella "modélica" transición en la que nos cagamos y nos meamos encima de 40 años de abusos a la nación perpretados por los intereses de unas cuantas familias que salieron de rositas con las manos, eso si, bien llenas de sangre...


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