jueves, 7 de octubre de 2010

Film Fest y otras películas

Empezamos octubre y como es típico en estas fechas llegan los preparativos pre-Pilares en mi ciudad natal. Las redes sociales se plagan de planes y de promesas por parte de amigos y conocidos cuyas generaciones ya vislumbran los treinta pero todavía se sienten festivas y trasnochadas (que cambio con la actitud que teníamos a los 20 y pensábamos que más allá de los 27 eras un abuelo y "estabas de más"). Al ser esta la segunda edición consecutiva que me pierdo y con el síndrome de abstinencia que ello me produce, seguramente de estar allí acogería las fiestas patronales zaragozanas con la intensidad y la energía de un adolescente o, en su defecto, la de un soltero en una noche en la que la fortuna le sonríe después de meses de inactividad.

No puede ser así, estoy a 1981 kilómetros de Zaragoza según Google, así que voy a tener que conformarme con los informes diarios de algún alma caritativa y con las batallitas que cuenten en facebook. Mientras tanto algo inventaremos por aquí arriba. De momento me voy a Copenague el sábado (hay que aprovechar que vivo tan al norte y me cae cerquita), visita de la cual hablaré la semana que viene. Hasta mi partida a las tierras vikingas estamos disfrutando por aquí de un evento que haría las delicias de cinéfilos y aficionados: el Filmfest Hamburg.

El Filmfest es un ciclo de cine que se celebra en Hamburgo durante diez días (30 de septiembre al 9 de octubre) durante los cuales se proyectan en 7 grandes cines hamburgueses la friolera de 170 películas nacionales e internacionales que van desde el western hasta los nuevos géneros pseudo-artísticos (de esos que sus creadores dicen "si no te gusta es porque no lo entiendes") donde los directores juegan con recursos cinematográficos nuevos o ya existentes, con nuevas o viejas combinaciones y peores o mejores resultados. Hay directores consagrados, hay otros noveles, actores grandes y pequeños, películas y documentales, para todos los gustos (y horarios, el fin de semana pasado hubo sesión continua en algunos cines proyectando una película detrás de otra a lo largo de la madrugada) y colores.

Ayer por la noche nos atrevimos con una película. Hace algo así como año y 3 meses (que recuerde) que no voy al cine (y me duele, antes iba por lo menos una vez al mes) y ya tenía ganas de volver a sentir la magia de la pantalla grande. Para no morir en el intento elegimos una película en español. En un principio queríamos ver una española, pero la única que había en concurso (For 80 days) estaba rodada en euskera (vergonzoso) y subtitulada en alemán, así que se nos quitaron las ganas. En su sustitución acudimos al cine sudamericano y dimos con una auténtica joya que desde este humilde foro os recomiendo encarecidamente: Carancho, de Pablo Trapero.

No me las he dado nunca de cinéfilo, pero se cuando algo me gusta. Carancho es el nombre de un ave carroñera en argentina y alude al sobrenombre que recibe la profesión del protagonista de la cinta (interpretado por un siempre magnífico Ricardo Darín). Película violentamente real (que no realmente violenta) en torno a la vida de dos personajes que luchan por salir adelante en un entorno crudo lleno de realismo sin ninguna gota de maquillaje.

Si podéis no os la perdais, y luego, si os ha gustado, me contáis. Un abrazo "mañicos"

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